Todos sabemos que ciudad significa un mundo lleno de facilidades. Aquí tienes de todo y en grandes cantidades. Puedes encontrar un lugar donde comer a altas horas de la noche, tienes museos a disposición durante el día y transporte público para moverte alrededor. Sin embargo, puede ser algo totalmente distinto a lo que estás acostumbrado.
Si vienes de un pueblo pequeño donde las calles no tienen nombre y sabes cómo se llaman todas las mascotas de tus vecinos, lo más probable es que cometas un par de errores urbanos que quizás no sabías que existían.
Para ahorrarte un par de aquellos, te dejo 9 cosas que suceden en una gran ciudad:
1. Conducir no es lo mismo que antes
Descubrirás que llegar a un lugar que en teoría se encuentra a 10 minutos distancia, puede convertirse fácilmente en un trayecto de más de media hora. Además, estacionarse no es fácil ni gratis. Comenzarás a adorar el transporte público, a pesar del mal olor que tenga.
2. Ya no tienes sólo dos avenidas principales
La verdad es que hay muchas de ellas. Lo peor es que a veces se unen, otras se separan e incluso terminan sin que te des cuenta. ¡Es muy fácil perderse! Gracias Bret Taylor por crear Google Maps.
3. Las indicaciones son por el nombre de la calle
Lo más probable es que estabas acostumbrado a recibir direcciones del tipo: “dobla a la derecha después de la escuela con muro rojo, cuando veas el roble gigante pasas dos casas y ahí vivo yo“. Bueno, olvídate de eso. Ahora deberás memorizar no sólo el nombre de tus amigos nuevos, sino que también el de las calles que recorres.
4. Hay situaciones cotidianas que son realmente incómodas
Los silencios en los ascensores se llevan los premios por sobre todas las demás. Luego viene compartir el asiento en el bus y no decir ni una sola palabra a la persona que va a tu lado. Seguramente te preguntarás por qué la gente no se habla. Pero no te preocupes, muy pronto descubrirás el protocolo de la vida pública.
5. Los ladrones son ninjas descorazonados
Dejaste 2 cm de tu ventana abierta por 1o minutos y todo desapareció (hasta tu toalla de gimnasia). Probablemente esto te hará perder la esperanza de que alguien devuelva el celular que olvidaste en la biblioteca la semana pasada. Ya es momento de dejar de preguntar por él.
6. La renta es excesivamente cara
En tu pueblo podrías pagar lo mismo por un sitio mucho más grande, que incluso tenga un patio donde pasar la tarde. No obstante, la oferta de comida barata en la ciudad es bastante amplia. ¡Prioridades son prioridades!
7. Verás rostros nuevos todos los días
Sí, algunas caras son familiares. Pero la realidad es que siempre ves a gente distinta y eso es totalmente refrescante. Otro beneficio de no conocer a casi ningún alma, es que nadie sabe esa vergonzosa anécdota que te sucedió en secundaria.
8. Los centros comerciales pueden ser lugares aterradores
Cuando llegaste creíste haber llegado al cielo de la variedad de ropa y objetos. Pero cuando te perdiste como un niño de 5 años dejó de ser entretenido.
9. Siempre hay algo para hacer
La vida no sólo ocurre durante la tarde y noche, sino que también continúa toda la madrugada. Sentirás que te faltan horas para realizar todas las actividades que quieres hacer. Hay conciertos, entrenamientos, fiestas, restaurantes, tours, etc. ¡Y necesitas experimentarlo todo!