Enamorate de un chico que viaje, un chico que prefiera una pulsera tejida a mano sobre un Rolex, enamorate de un chico que se ria cuando escuche las palabras, “vacaciones”, “todo incluido” o “resort”, enamorate de un chico que viaja porque no está cerrado a una sola meta si no animado por muchas.
Puedes encontrarlo en un aeropuerto o en una librería viendo guías de viaje– aunque “sólo las usa como referencia.
Tú sabrás que es él, porque cuando des un vistazo a la pantalla de su Pc su fondo será un esplendor escénico de colinas, montañas o banderas. Su cuenta de Facebook tendrá amigos con nombres “extraños” y su muro estará repleto de un inglés no perfecto con la leyenda “Miss you” de todas aquellas personas que ha conocido y dejado a su paso. Cuando viaja hace amigos de por vida en una hora. Y aunque el contacto con sus amigos es esporádico y de vez en cuando, sus lazos son inquebrantables, tanto que si el quisiera podría sentarse en un sillón y hablar con ellos en cualquier momento.
Su cerveza preferida sera tal vez de la misma marca que lleva en la camiseta debajo de su camisa a cuadros, la cual simplemente no ha podido tirar a la basura. Cuando un viajero regresa a casa rara vez las personas escuchan sus historias. Así que escúchalo.
Él revisara como un niño emocionado el último número de National Geographic. Entonces él permanecerá entusiasmado, hasta que termine el análisis de cada foto, de cada aventura. En su mente él se insertará a sí mismo en estas fotografías. Al terminar él te pasará la revista y te preguntará por tus sueños y en modo de reto te preguntará cuál es la cosa más loca que has hecho en tu vida. Díselo. Y tendrás que saber que probablemente él sea el que gane. Y si por casualidad tú ganas, hará todo lo posible por ganarte la próxima vez. Pero entonces te dirá, “Tal vez podemos hacerlo juntos.”
Enamorate de un chico que hable de lugares lejanos y cuyas manos han explorado las reliquias hechas a mano de antiguas civilizaciones y cuya mente ha imaginado esas manos tallando, pintando las maravillas del mundo. Y que cuando hable de ello es como si lo estuviera reviviendo contigo.
Enamorate de un chico que viaje sin mochila porque él vive feliz con menos. Un novio que ha viajado ha visto la pobreza, ha cenado con aquellos que viven en pequeñas chozas sin agua abundante y sin embargo han recibido a extranjeros con mayor hospitalidad que la gente millonaria. Y porque él ha visto esto el ha visto lo que puede llegar a ser una vida sin lujos, lo que esta puede representar al ser una vida alimentada por las relaciones y la familia en lugar de una vida donde lo que se busca es alimentarse de lujos. Él ha experimentado diferentes maneras de ser, respeta otros idiomas, religiones, culturas y banderas, mira el mundo con los ojos de un niño de cinco años, curioso y hambriento.
Aquel novio disfruta su hogar; la comodidad de un edredón, la seguridad que le da una comida hecha por mamá, la conversación fácil de amigos de la infancia. Aunque es ferozmente independiente, tiene tiempo para reflexionar sobre sí mismo y sus relaciones.
A pesar de su pasión por los viajes conoce y aprecia sus vínculos con su hogar. Él ha tenido oportunidad de extrañar y ser extrañado. Debido a esto él sabe una cosa o dos acerca de las despedidas. Conoce la gran incertidumbre de dejar las comodidades del hogar, los indefinidos “nos vemos después” a las puertas de salida de un aeropuerto y aún así se va hacia lo desconocido porque él conoce la sensación que le espera a su regreso. Y que el típico abrazo que dice “te extrañé” es el mejor abrazo del mundo. El también sabe que las despedidas son sólo una versión prolongada de “nos vemos después” y que un “Hola” está tan lejos como el café internet más cercano.
No te aferres a ese novio. Dejalo ir y ve con él. Si tú no has viajado, él te abrirá los ojos a un mundo más allá de las noticias y la opinión popular. Él abrirá tus sueños a la realidad y posibilidad. El te calmará cuando estés nerviosa por perder un vuelo o cuando se ponche una rueda de tu auto alquilado, porque él sabe que el viaje es la aventura. Él te hará reír cuando te sientas enferma y con molestias al mismo tiempo que te pone en la frente un paño frío y procurándote con un agua embotellada. Él te hará sentir como si estuvieses en casa.
Cuando veas algo hermoso el agarrará tu mano en silencio y atesorará la historia que se creará en ese momento al saber donde están sus pies y el hecho de que estás con él.
Él vivirá en cada momento contigo porque es así como el vive su vida. Él entiende que la felicidad no es más que una cadena de momentos que desplazan la neutralidad y él está determinado a amarrar tantas cadenas como sea posible.
También entiende tu necesidad de vivir por ti misma y que tú tienes tu propia “bucketlist”. Necesitas entender la suya.Él entiende que sus metas serán distintas en algún momento pero que la independencia es el pilar de una relación saludable cuando hay respeto mutuo. Es posible que lo pierdas por un momento pero siempre regresará a casa teniendo una nueva historia y un souvenir que escogió porque le recordaba a ti, como si fuera hecho especialmente para ti y porque él te extrañaba. Posiblemente tú hagas lo mismo. Asegúrate que la independencia forme parte de tu bucketlist y que tenga una palomita todo el tiempo. La independencia mantendrá siempre fresca su relación, será emocionante y cuando estén juntos otra vez forjarán un vínculo de confianza inquebrantable.
Él te propondrá matrimonio cuando hayas salido de tu zona de confort, ya sea cuando mueras de miedo al saltar de paracaídas o cuando vayas a nadar con tiburones o incluso sentada junta a una persona con mal olor en un autobús lleno de personas. Posiblemente no sea un anillo de diamantes lo que te ofrezca, pero sí será con un símbolo de alguna cultura nativa o inspirado en la naturaleza, como el pingüino y el Callao.
Se casarán en algún lugar inesperado, rodeado de tan sólo algunas pocas personas que celebrarán una nueva aventura hacia lo desconocido. Cásate con un chico que ha viajado y juntos harán de todo el mundo su hogar. Tu luna de miel no se resumirá tan solo a una cena buffet o un “all you can drink” bar al lado de la piscina, por el contrario será recordado con fotografías de conquista del monte Kilimanjaro y conmemorando el gratificante dolor muscular al final de una caminata en un día interminable.
Cuando estén listos tendrán hijos con nombres de personajes que conocieron en sus viajes, de aquellos extranjeros que dejaron un lugar muy especial en tu corazón en un abrir y cerrar de ojos. Posiblemente vivas en otro país en el cual tus hijos aprenderán un nuevo idioma y costumbres lo cual abrirá sus mentes desde el principio, sin dejar espacio para prejuicios. Él los introducirá a la vida de Hemingway, el camino de Santiago y los incentivará a vivir incluso mucho mejor que ustedes.
Cásate con un chico que viaje, que enseñe a tus hijos la belleza de una simple piedra, la historia de los Incas, la vida de los Himalayas o como se saluda en japones, que les inculque el valor de respetar a todo el mundo independientemente del color de su piel.
Y cuando seas grande podrás sentarte con tus nietos y analizarán su álbum de fotografías y aquel cofre lleno de tesoros terrenales, mientras que ellos mismos se insertarán en tus fotografías, provocados por la belleza del mundo e inspirados por tu vida.
Encuentra un novio que viaje porque te mereces una vida llena de aventura. Mereces vivir ligeramente y de manera simple. Mereces mirar la vida a través de los ojos de juventud y con los brazos abiertos. Porque es aquí donde se encuentra la alegría. Y mejor aún, encontrarán la alegría juntos.
(Agradecemos a quien haya escrito este texto que ha sido traducido y replicado en varios portales)